¿Alguna vez has sufrido las dolorosas molestias de un esguince de tobillo? Pues los datos confirman que no curarlo de forma correcta puede pasar factura a medio plazo a otras zonas y huesos del cuerpo como la columna vertebral o la pelvis. Para evitarlo, en este artículo te aconsejamos qué tratamientos de esguince de tobillo son más efectivos desde el punto de vista de la fisioterapia y la osteopatía.
Deportes de riesgo, suelo mojado o simplemente un mal paso. Ante un esguince de tobillo lo más importante es ponerse en manos de un especialista para determinar el grado de la lesión. Así, cuando se trate de un esguince de grado 1 o 1-2 (el más leve), el fisioterapeuta aplicará una serie de tratamientos como los ultrasonidos o masajes para revertir los daños ya que, en este caso, hay una distensión del ligamento, pero no desgarro. Para los de grado 2 y 3 los tratamientos de esguince de tobillo tratarán de reparar el desgarro y la rotura (parcial o total) del ligamento, según el caso. Además, en esta ocasión, el traumatólogo valorará si es necesario inmovilizar previamente con férula o escayola e, incluso, intervención quirúrgica.
No obstante, y como regla general, cuando hay un esguince de tobillo, lo importante es actuar de forma inmediata aplicando frío, inmovilización de la zona y elevación. Por supuesto, acudir a un especialista para obtener un diagnóstico fiable y descartar otras posibles lesiones es un imperativo que nadie debe dejar pasar por alto. Incluso en los más leves, es aconsejable pasar turno a la fisioterapia para una oportuna recuperación funcional y movilidad. De este modo, evitaremos la molesta “cadena lesional ascendente” que podría acarrear al paciente dolores de espalda, cuello o rodilla.
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