Si, en verano, la exposición prolongada al sol puede pasar factura a nuestra vista, en otoño, la llegada del frío y del viento puede causarnos algún que otro trastorno ocular. Así, al menos cinco millones de personas en España sufren el denominado “síndrome del ojo seco”, una enfermedad que se traduce en quemazón, irritación, dolor, fatiga y dificultad para leer. Además, la vuelta al colegio y al trabajo propia de esta época y ciertos hábitos, como pasar mucho rato delante del ordenador o de la televisión, agravan los síntomas de esta dolencia.
Por eso, hoy, de la mano de tu oftalmólogo en Granada repasamos algunos consejos para paliar los efectos de esta enfermedad crónica, así como de otras molestias oculares propias del otoño: la vista borrosa o cansada y la conjuntivitis alérgica.
En primer lugar, ante los primeros síntomas o dudas, acude al especialista. Solamente él podrá determinar la causa de tu malestar y encontrará el tratamiento adecuado para cada caso. Por ejemplo, si padeces el síndrome del ojo seco -por una lágrima de escasa calidad- te recomendará algún lubricante, pomada, tapones lagrimales o lágrimas artificiales con ácido hialurónico y, en ocasiones, antiinflamatorios. Dependerá en todo caso del tipo de ojo seco y, este diagnóstico, solo podrá determinarlo con seguridad un oftalmólogo.
Pero, además, los especialistas recomiendan algunas pautas fundamentales para evitar el ojo mal lubricado. Entre ellas, seguir una dieta mediterránea rica en ácidos omega 3 -pescados, mariscos, frutos secos- o evitar la exposición al humo del tabaco y a los aires acondicionados en ambientes cerrados. Asimismo, si trabajamos gran parte del día con el ordenador, deberemos parpadear al menos 5 veces por minuto para evitar la sequedad ocular.
También en esta época, tendremos que estar alerta ante las alergias y resfriados. Por lo tanto, tener una buena higiene de nuestras manos será fundamental, así como evitar el uso excesivo de maquillaje que dañan a nuestros frágiles ojos.
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