La época del embarazo y post parto son muy especiales en la vida de una mujer; de hecho marcan un antes y un después en el ciclo vital, con muchos beneficios y satisfacciones personales y emocionales, pero también con ciertos pequeños inconvenientes. De esos inconvenientes, el que más suele preocupar y en cierto modo hasta frustrar a la mujer es el aumento de peso que se sufre durante el embarazo, además de la aparición o pronunciación de estrías y celulitis. Para solventar estos problemas médico estéticos existe un gran aliado: el drenaje linfático, que en la época del post parto es de gran ayuda tanto en el sentido estético como para la salud de la mujer.

¿Cuándo comenzar el tratamiento de drenaje linfático?

El drenaje linfático está muy aconsejado tanto en el pre como en el postparto, ya que evita trastornos de la circulación sanguínea y es de gran ayuda para la eliminación de líquidos acumulados en el embarazo, elimina toxinas, etc. Todos estos beneficios repercuten además en un aumento de la autoestima: si se ha realizado antes del embarazo, el drenaje linfático ayudará a llegar al mismo con el organismo más preparado; si se realiza después, las mejoras estéticas hará de esta época un período más feliz y saludable.

Durante el embarazo el cuerpo de la mujer retiene líquidos por el necesario aumento hormonal, hormonas que actúan reabsorbiendo sodio, lo que hace que retenga líquidos (hasta 8 litros de agua más de lo que se retiene habitualmente).

El drenaje linfático ayuda a la eliminación de esa retención de líquidos, favoreciendo la recuperación médico y estética de la mamá, por lo que se trata de un tratamiento ideal en el post parto. Con los líquidos y toxinas que se eliminan el aspecto físico mejora y la feliz mamá se siente más ligera,  sobre todo si el tratamiento va acompañado de una correcta alimentación.

¿En qué casos no es recomendable el drenaje linfático?

El drenaje linfático no está recomendado en mujeres que manifiestan alguna enfermedad del sistema linfático, insuficiencia renal o trombosis. Ante la duda, es conveniente consultar siempre con un profesional médico – estético.