El buen tiempo nos lleva a usar prendas más escotadas y dejar al aire más zonas de nuestra piel. Pero hay quien sufre de las buenas temperaturas y son las personas aquejadas de acné corporal. Escotes en la espalda, escotes delanteros, pantalones cortos, bikinis y bañadores dejan a la luz este problema.

¿Cómo se forma el acné corporal?

Su desarrollo es similar al acné del rostro pero, lamentablemente, cicatriza peor. Con excepción hecha de las plantas de las manos y de los pies, el acné corporal puede desarrollarse en cualquier parte del cuerpo, aunque las zonas donde más suele aparecer son los glúteos, torso, hombros, escote y cuello.

El acné corporal se puede producir por factores genéticos, algunos medicamentos, bacterias o, lo más usual, por una mayor actividad hormonal que provoca una mayor producción de sebo. Este sebo aumentado obstruye los folículos pilosos que terminan infectándose; además el acné corporal presenta otro problema, y es que se irrita más frecuentemente por el roce de la ropa en la piel y por el sudor corporal.

¿Qué tratamientos se pueden usar?

El acné corporal tiene muchos puntos en común con el acné facial, por lo que los tratamientos son similares. Ante todo es aconsejable acudir a un dermatólogo para que evalúe el problema.

En el caso de acné suave, el tratamiento comienza por una limpieza suave de la zona a tratar, secando la piel sin frotar. Si el dermatólogo lo aconseja, se puede aplicar una pomada, normalmente a base de ácido salicílico o peróxido de benzoílo.

Siempre contando con la aprobación del dermatólogo, en caso de acné corporal más severo, se recomienda exfoliar la zona de forma suave, consiguiendo de esta forma eliminar las células muertas y la grasa. Esta exfoliación procura que los poros no se tapen.

Cualquier tratamiento indicado necesita de perseverancia para evitar las antiestéticas (y permanentes) cicatrices, provocadas por la reacción inflamatoria del cuerpo contra las lesiones y que pueden originarse bien por una perdida de tejido, bien por una excesiva formación de tejido (queloides y cicatrices hipertróficas).

La anticipación también es fundamental: en cuanto aparezca el acné, hay que actuar acudiendo a un servicio de dermatología para que indique el tratamiento oportuno.